Grupo análisis, raíces y perspectivas internacionales I


The Lifwynn Foundation, Trigant Burrow, Hans Syz y Alfreda Galt

por Hanne Campos

El contacto de Juan Campos y Grup d’Anàlisi Barcelona con la Lifwynn Foundation y los dos miembros del grupo original aún vivos fue, seguramente, el único intercambio y diálogo inter-grupal de comprensión mutua y colaboración sumamente productiva.

J. Whiske, A. Galt y J. Campos (1990)

Durante la etapa anterior —mediados de los años setenta hasta finales de los ochenta— Juan Campos se preguntaba sobre la formación del grupoanalista: cuál es la relación entre maestros y alumnos, cuáles son las improntas que dejan en el futuro profesional las teorías y prácticas, las características de los maestros y las estructuras y métodos de las instituciones formativos. Sigue cuestionándose también, al igual que su maestro S. H. Foulkes, sobre la relación del grupoanálisis con el psicoanálisis y sobre las improntas que el último deja en el desarrollo del primero. En este sentido, el mensaje de Foulkes es clarísimo: “El grupoanálisis no es hijo del psicoanálisis; esto sólo es así históricamente”. Es decir, sólo es así en el desarrollo científico; en realidad, el ser humano nace y muere en grupo. Juan añade otros aspectos a la investigación de la relación didáctica: más allá de aprender las teorías y prácticas de su futura profesión, el grupoanalista necesita adquirir una “actitud analítica”, y es esta que le permite conceptuar la problemática humana en cualquier situación ya sea individual, familiar o social. Es la actitud analítica que le permite una comprensión grupal de la situación en cuestión, que incluye al mismo grupoanalista. ¿Cuál es la identidad de este último?
En sus investigaciones Juan Campos parte de los avances de Foulkes ampliándolos con su propio concepto de plexus profesional —véase los cinco trabajos presentados a finales de la etapa anterior. Afirma que “la terapia es un proceso, resultado de la interacción de dos redes de personas, la del paciente y su plexus, del cual aquel es punto nodal de comportamiento sintomático, de comunicación distorsionada y de trastorno transpersonal; y la del terapeuta, con su propio plexus personal y el de sus afiliaciones científicas y profesionales. De lo último —dice— por desgracia pocos terapeutas son conscientes. “Durante estas investigaciones, descubre resistencias a admitir estas hipótesis y a contemplar los cambios a los que apuntan tanto por parte de los colegas como por parte de las instituciones de formación. En dos trabajos que hacen época:

Juan trata las resistencias al cambio que, según su parecer, provienen de la relación del grupoanálisis con el psicoanálisis, del impacto de este enfoque individualista y autoritario en el desarrollo supuestamente grupal y democrático; pero también trata de la esperanza que aporta el grupoanálisis de dar los pasos necesarios para un cambio en la formación de los profesionales que sea coherente con una concepción grupoanalítica. Según el autor, en el proceso de formación el círculo del pequeño grupo se expande para convertirse en una mesa redonda que descansa sobre un trípode que a nivel teórico tiene tres patas: la teoría reticular de la neurosis; la matriz dinámica grupal de la situación terapéutica y  los procesos de entrenamiento, formación y organización social de los terapeutas, que Juan Campos denomina Plexus Profesional. Este último, según el autor, lleva de una identificación grupal a una identidad profesional —es decir, de una identificación con el Grupo Análisis como teoría y práctica a la identidad como grupoanalista.

 

1988, un año crucial

Las resistencias que Juan encuentra en sus investigaciones del qué y del cómo de la formación —los contenidos y métodos— le llevan a interrogar la adecuación de los contextos —los contenedores— de la formación y la práctica grupoanalítica. En 1988 se dan tres circunstancias cuyos efectos se entrecruzan de manera significativa a lo largo de la siguiente década.

  1. En 1988 Juan Campos entra en contacto con los miembros de la Lifwynn Foundation, aquel grupo grupoanalítico establecido por Trigant Burrow en 1927, y en particular con la entonces Secretaria Alfreda Galt, que junto con el entonces Presidente Hans Syz eran los dos miembros fundadores aún vivos de aquel grupo.
  2. Asimismo en 1988, la propuesta de hace tiempo de Juan Campos al Executive Committee y al Board of Directors de la IAGP de establecer una “Specialized Analytic Section in Group Analysis”—una Sección Analítica Especializada de Grupo Análisis, según nomenclatura de la Asociación y el Artículo X[1]de la Constitución—recibió su primera semi-aceptación por parte del Board bajo el título de Study Group for Group Analysis (Grupo de Estudio en
    Pat de Maré

    Grupo Análisis).

  3. También en 1988, Juan invita a Pat de Maré a llevar el grupo grande del Symposium anual de la SEPTG que aquel año se celebra en Pamplona. Aprovechando la ocasión se le invita a Pat a conducir un grupo grande de dos días en Barcelona previo seguir camino al Symposium.

 

Los hilos conductores de estos tres acontecimientos tejen y entretejen la trama de un grupo análisis transdisciplinar y transnacional que Juan Campos promueve en el seno de los diferentes grupos en los que colabora: The Lifwynn Foundation, los diversos grupos directivos de la IAGP[2], Grup d’Anàlisi Barcelona, y la SEPTG entre otros. La presente contextualización se basa en documentos y correspondencias del archivo de Juan Campos.

Trigant Burrow

Tal como Juan describe en “Más allá de la Dicotomía: La orientación de Trigant Burrow”  (Beyond Dichotomy: The Orientation of Trigant Burrow), en 1988, de manera fortuita, entra en contacto con la Lifwynn Foundation a raíz de una controversia acalorada sobre la persona y obra de Trigant Burrow que se había desatado dos años antes en las páginas de la revista Group Analysis a partir de la reseña del libro de Alfreda Galt, autora de una compilación de escritos con el título Trigant Burrow: Hacia la Salud Social y la Supervivencia Humana. El tono crítico de la reseña fue tal que el editor de la revista se vio obligado a presentar en el mismo número el punto de vista más positivo de la obra de Burrow de Max Rosenbaum. Fue el escrito de este último que condujo a Juan a la Lifwynn Foundation, y a entablar un diálogo con la entonces Secretaria Alfreda Galt. Descubrió que esta organización no sólo aún estaba viva, sino que fue el primer “grupo de estudio en grupo análisis” que aplicaba a su propia organización social y administración los principios grupoanalíticos ejecutados en sus estudios de neurosis personales y sociales. Fue este último aspecto que más le atraía de este grupo fundado por Burrow.
Hans Syz, aunque ya no muy activo a sus 96 años de edad, entrega a Juan su último trabajo, un largo e interesante resumen de la obra de Burrow (original english version); al cual Juan añade a su vez un largo comentario (traducción al castellano comentada por J. Campos) que muestra sus propios intereses en aquella obra: primero de todo, las “conspiraciones de silencio” de las que habla Syz. Aunque la Lifwynn Foundation lleva cuarenta años de esfuerzo en conservar y difundir los escritos de Burrow, los obstáculos en hacerse con ellos son insalvables. En segundo lugar estarían las citas que se hacen fuera de contexto o con mala intención por parte de eminentes colegas psicoanalistas como por ejemplo Freud mismo, Jones, Sandor Rado, y Peter Gay, este último por más inri es profesor de historia en la Yale University donde se encuentra depositada la obra de Burrow.
Otra cuestión de máxima importancia, según Juan, es la que concierne el aspecto radicalmente grupal del grupo análisis de Burrow. Hay que reconocer que Burrow fue precursor no sólo de las psicoterapias de grupo—que él nunca practicó—sino también de las comunidades terapéuticas. Para el Symposium de la SEPTG de 1991 Hanne Campos preparó un Boletín Monográfico “Comunidad Terapéutica y/o Terapia de la Comunidad” en el que la Lifwynn Foundation tiene el lugar que le corresponde. Como apunta Juan en sus Comentarios al trabajo de Syz: “El problema que confrontan las comunidades terapéuticas con respecto a la comunidad en general donde se integran es el mismo con el que Trigant Burrow y la Lifwynn Foundation se tenían que enfrentar respecto a la así llamada ‘comunidad analítica’ desde el momento en que en 1925 en el Congreso de Bad Homburg deciden hacer públicas las conclusiones a las que les habían llevado los primeros siete años de investigación con el método grupal de análisis.” A continuación Juan muestra una vez más cómo las resistencias a asumir las hipótesis radicalmente grupales pasan de Freud a sus discípulos, de analistas a analizantes, de generación en generación.
“El drama de las comunidades terapéuticas, al igual que descubrimos sucedía con cualquier actividad que lleve un enfoque grupal, tal como señaló el Colectivo de Trabajo Grupal en el Symposium de Mallorca, está en la intolerancia que hacia ellas muestran la comunidad o las instituciones en cuyo seno aparecen o intentan implantarse. En principio, una comunidad cultural enferma—y todas lo son y todos las llevamos dentro en tanto que afectados por una neurosis social propia del hombre como especie—si tolera la existencia de comunidades terapéuticas o un enfoque de terapia comunitaria es porque son considerados meramente como un dispositivo terapéutico para curar ‘enfermos’, para readaptarlos al comportamiento promedio esperado de quienes se consideran sanos. En el momento en que lo que se cuestiona no es la locura del loco sino la cordura de los cuerdos, la comunidad terapéutica y quienes la habitan devienen agentes subversivos para el orden establecido y por tanto un trastorno social a ser eliminado política o legalmente. El precio que la Lifwynn Foundation tuvo que pagar fue el ostracismo al que la condenaron y la poca atención que se prestó a sus descubrimientos. Si sus miembros sobrevivieron fue gracias a que con su tratamiento grupoanalítico si no se curaron por lo menos fueron capaces de controlar su Yo-persona. Superaron la necesidad que todos en principio tenemos de gozar del aprecio de los otros, de estar en posesión de la verdad, de tener razón y de andar en lo cierto que es, según Burrow, como la neurosis social se manifiesta en el hombre como especie. Trigant Burrow fue el primer psicoanalista en reconocer la condición de neurosis social que los humanos en tanto especie padecemos y no sólo a temporadas sino todo el tiempo y, asimismo, en someter a análisis el principio de autoridad. Estos dos puntos son precisamente los que caracterizan a las comunidades terapéuticas: el concepto de norma con el que se dividen sanos y enfermos y la des-jerarquización y democratización de las relaciones de asistencia. El tercero, la política de puertas abiertas, es consecuencia de los dos primeros.”

Interesa dar a conocer la revolucionaria obra de Trigant Burrow, recopilar los datos que permitan transmitir una memoria histórica más objetiva que la circula hasta el momento y, en la práctica, priorizar el aspecto radicalmente grupal del método grupal de análisis.

1988-1998  una década de intensiva correspondencia entre
Juan Campos y Alfreda Galt

… de unos doscientos intercambios que pueden ordenarse en cuatro etapas:

Después de seguir los hilos conductores en esta etapa del Grupo Análisis de Juan Campos por los caminos de Trigant Burrow, su Lifwynn Foundation y los dos colaboradores aún supervivientes en la última década del siglo pasado, pasaremos a comentar el proyecto de un espacio transdisciplinar y transnacional en un contexto grupoanalítico en el seno de la IAGP.  Desde 1987 Juan promueve en la IAGP una sección de interés grupoanalítico—no de Grupo Análisis, desde un primer Grupo de Estudio en Grupo Análisis hasta el establecimiento de una Sección de Interés Grupoanalítico—un Group Analytic Interest Section en 1998.

 


[1] “The Board of Directors may in its discretion establish temporary or continuing sections based on specialized interest, in order to serve the purpose of the Association and to provide for cooperation in the organization of congresses. Under such conditions as the Board may set up, sections may organize for their internal cooperation in ways consistent with the organization of the International Association and its broad purposes. The range of sections will depend upon present and future needs. Action to initiate a section may be initiated by an application to the Board signed by twenty-five members of the Association.”

[2]Juan Campos es miembro del Board of Directors de la IAGP desde 1983, siendo Vicepresidente Segundo de 1989-1992, Vicepresidente Primero de 1992-1995, y Archivero Honorario a partir de 1995.

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